Piensa en un trozo de carbón convirtiéndose en un diamante. Piensa en todos esos ceros y unos transformándose en las imágenes que ves en la pantalla de tu computadora. Piensa en una cucharadita de cacao haciendo que un simple vaso de leche se vuelva una deliciosa bebida. Piensa en cualquier concentrado -destilado a partir de una sustancia original- que libera en abundancia aquello que contenía dicha sustancia, junto con sus propias (y a menudo más exquisitas) cualidades. Eso son las especias.
Las especias son comestibles, aromáticas y secas y proceden de la raíz, el tronco, el tallo, las yemas, las hojas, las flores, los frutos o las semillas. Se presentan en un auténtico arcoíris de intensos colores: rojos, naranjas, marrones, verdes, negros y blancos brillantes. A diferencia de las hierbas aromáticas, todas las especias son comestibles.
Una especia no es una hierba aromática. Estas últimas suelen ser hojas y no siempre aptas para el consumo. Así, el cilantro (hierba) consiste en las hojas frescas de una planta y el cilantro (especia) es la semilla seca de esa misma planta.
Las especias en la cocina
Contrariamente a lo que se piensa, especias no es sinónimo de picante. De hecho, la mayor parte no lo son. Las especias resultan, sobre todo, aromáticas y cumplen distintas funciones culinarias:
- Proporciona a los alimentos una fragancia exquisita que estimula el apetito y aumenta el disfrute de la comida.
- Se fusionan para dar lugar a nuevos y agradables sabores.
- Aportan un sabor característico que puede ser dulce, ácido, ligeramente picante o muy picante.
- Ablandan de un modo natural los cortes de carne que resulten duros.
- Dan cuerpo y textura a los platos, y algunas actúan como espesantes o aglutinantes en las salsas.
- Ofrecen una nota de color a los platos y los hacen atractivos a la vista.
- Facilitan la digestión.
Algunas especias
Ajo | Fenogreco |
Albahaca | Perejil |
Cardamomo | Orégano |