El conocimiento de que las flores de las plantas guardan potentes cualidades de sanación energética no es nuevo, sino algo de lo que los pueblos antiguos eran muy conscientes y que utilizaban plenamente en sus sistemas medicinales.

Historia

Para aquellos que no estén familiarizados con el concepto de esencias florales, en contraste con los aceites esenciales, son la infusión de la impronta energética de la parte florida de la planta. Una esencia floral es la firma única de la planta, su cualidad de potencial sanador vibratorio, suspendida en una solución de agua y alcohol. Sin embargo, estas dos modalidades de salud son en realidad muy diferentes la una de la otra. A diferencia de los aceites esenciales, las esencias florales son inodoras. Mientras que los aceites esenciales contienen substancias físicas sustraídas de las plantas, no hay materiales físicos de las plantas en las esencias florales.

La práctica de encapsular las potentes cualidades sanadoras de las flores en agua constituye un arte antiguo de descubrieron los pueblos indígenas de todo el mundo al observar que el rocío de la mañana sobre los pétalos de las flores, potenciando por los primeros rayos del sol, no sólo elevaban sus espíritus sino que también ejercía un profundo efecto sanador en todos los niveles. Esta observación les llevó a explorar dichos efectos en mayor profundidad.

Las esencias florales fueron desarrolladas por el médico inglés Edward Bach a principios del Siglo XX. Bach, quien recurrió al estudio de la homeopatía después de recuperarse de una grave enfermedad, propuso e investigó el concepto de que cada planta tiene un patrón de una energía vibratoria característica que puede ser aislada y utilizada para ayudar a mejorar estados emocionales específicos. Aunque Bach puede haber sido el primero en fabricar las esencias florales disponibles comercialmente, el concepto probablemente es mucho más antiguo. Se cree que los indígenas de Norteamérica alguna vez recolectaron las gotas de rocío de las flores y las utilizaron como medicina.

La terapia floral de los antiguos

El uso de los remedios florales como terapia sanadora no es nuevo, pues tanto médica como históricamente muchas culturas antiguas poseían el conocimiento de las cualidades terapéuticas de las flores. Se ha descubierto evidencia documentada de su uso eficaz procedente de la civilización egipcia, hace 7,520 años. En ella se afirma que los sumos sacerdotes honraban las flores y sus esencias por su carácter sagrado y las utilizaba ampliamente en sus ceremonias y rituales de sanación porque creían que la energía positiva y estimulante de la vida de las flores corregía cualquier desequilibrio del cuerpo en el nivel necesario, ya fuese físico, emocional o espiritual. Por ello documentaron los valores terapéuticos específicos de cada una de las especies de plantas.

Las esencias florales fueron reconocidas y empleadas para tratar estados emocionales en civilizaciones de Sudamérica, el Lejano Oriente y África. En las ceremonias espirituales cretenses, los minoicos depositaban sobre el agua flores especialmente elegidas para que flotaran durante sus ritos ceremoniales y a continuación sorbían el agua floral para limpiarse de pensamientos y sentimientos negativos, con lo que se sentían frescos, renovados y transformados.

Beneficios específicos

Cada esencia floral pretende ayudar a aliviar ciertos estados emocionales negativos. Las siguientes son algunas de las esencias florales más populares.

  • El alerce (Larix decidua) puede proporcionar un aumento en la autoconfianza al atender su miedo o fracaso.
  • La pasiflora (Passiflora incarnata) puede ayudarle con la ansiedad y el insomnio, ya que muchos sienten que tiene un efecto calmante y comentan tener una mejor calidad de sueño.
  • El hibisco (Hibiscus rosa-sinensis) proporciona apoyo para la energía sexual y reproductiva.
  • El olmo americano (Ulmus rubra) se utiliza para proporcionar alivio en el caso de dolor de garganta y tos. Muchos han descubierto que tiene un efecto sanador para la indigestión y proporciona algunos beneficios protectores gastrointestinales.

Tiene sentido utilizar las esencias florales siempre y cuando usted obtenga mejores resultados y no haya daño. Sin embargo, no se recomienda su uso como la única modalidad terapéutica en el caso de alguna enfermedad importante. Es mejor utilizar las esencias florales para mejorar su bienestar de manera de apoyo, y no en lugar de un tratamiento médico.

Al utilizar una esencia floral, el propósito no es el de ingerir o absorber un extracto de la planta en sí para beneficiarse de sus compuestos fitoquímicos. Los partidarios de la esencia floral consideran que todas las cosas vivas poseen su propia energía (también conocida como frecuencia o vibración). La energía específica de cada flor se imprime dentro del líquido diluido. El usuario de una esencia floral se beneficia al absorber esa energía. Por ello, las esencias florales actúan energéticamente, no bioquímicamente.

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