Introducción: el día que mi vecina “espantó” mosquitos con una maceta

Una tarde de verano, mi vecina llegó orgullosa con una planta aromática bajo el brazo: “¡Es citronela! Con esto, adiós mosquitos”. Su patio olía delicioso… y los mosquitos siguieron de fiesta. La escena es común: buscamos soluciones naturales y terminamos comprando plantas “milagro” por culpa de nombres confusos y marketing creativo. En particular, la palabra “citronela” ha generado una confusión enorme entre dos plantas que no se parecen ni en botánica ni en eficacia: el pasto de citronela (Cymbopogon) y el llamado “geranio citronela” (Pelargonium). Distinguirlas no es un capricho técnico: tiene implicaciones de salud pública porque los mosquitos transmiten enfermedades como dengue, Zika o chikungunya. Separar ciencia de ficción comercial es, literalmente, una medida de cuidado.

¿Quién es quién? Dos plantas, dos familias… un mismo nombre engañoso

1) El auténtico “pasto de citronela” (Cymbopogon nardus / C. winterianus)

Es una gramínea perenne (familia Poaceae) que forma matas grandes, con hojas largas y arqueadas; algunas variedades muestran una base del tallo ligeramente rojiza. Comercialmente se cultivan principalmente dos: C. nardus (citronela de Ceilán) y C. winterianus (citronela de Java, la más valorada por su aceite esencial).

Cymbopogon nardus

2) El “geranio citronela” (Pelargonium ‘citrosum’): el impostor simpático

Pese al apodo, no es citronela ni está emparentado con los pastos. Pertenece a la familia Geraniaceae y su nombre correcto es Pelargonium ‘Citrosum’: un cultivar de geranio aromático, probablemente vinculado a P. graveolens o a P. citronellum (nativo de Sudáfrica). Es un subarbusto de hojas palmadas y olor cítrico al frotarlas. Precioso en maceta… pero su fama repelente nace más del marketing que de la evidencia.

Clave rápida para el vivero: si parece un pasto alto en macollo, es Cymbopogon; si luce como geranio de hojas recortadas y florecitas rosadas, es Pelargonium. (Y no, el segundo no repele por estar “cerca”.)

Pelargonium citrosum

La química manda: por qué uno funciona y el otro no

La diferencia crucial está en los aceites esenciales. El aceite del pasto de citronela es rico en monoterpenos oxigenados y, sobre todo, en citronelal, un aldehído clave para la repelencia. Hay variaciones por especie y origen, pero se han reportado valores altos de citronelal (hasta 45.7% en C. nardus y alrededor de 33% en C. winterianus de Java). El geraniol y el citronelol también aportan, en sinergia.

En cambio, el aceite del Pelargonium ‘Citrosum’ puede contener geraniol, citronelol y linalol, responsables del agradable aroma, pero carece por completo de citronelal. Sin ese compuesto, la “fragancia a limón” no se traduce en una repelencia contundente.

El veredicto químico es tajante: la bioactividad depende de la composición exacta, no del olor. Oler a limón no basta.

Tabla comparativa (Resumen Químico y Funcional)

Aspecto Cymbopogon (citronela verdadera) Pelargonium ‘Citrosum’ (geranio “citronela”)
Familia Poaceae (gramínea) Geraniaceae
Aroma principal Cítrico, herbal Cítrico-floral
Compuesto clave Citronelal (alto) + geraniol/citronelol Sin citronelal; geraniol/citronelol/linalol
¿Funciona como repelente? (especialmente su aceite esencial, duración moderada) No (no hay respaldo consistente)
Uso recomendado Aceite para piel/ropa y formulaciones Ornamental y aromático

¿Y en la vida real? De los ensayos al patio de tu casa

Lo que sí funciona: Aceite de Citronela (Cymbopogon)

Los estudios muestran que el aceite esencial de citronela reduce significativamente el contacto de mosquitos como Aedes aegypti y Culex quinquefasciatus. En campo, se reportó una caída de aterrizajes de un promedio de 46 a 13 con un producto comercial, y tiempos de protección de 130–140 minutos según especie y formulación. Eso sí, por su alta volatilidad, requiere reaplicaciones.

Importante: tener plantas de citronela no crea una “burbuja anti-mosquitos”. Para liberar compuestos necesitas machacar hojas y aplicar el aceite sobre piel o ropa. Producir aceite lleva mucho material vegetal, por eso una maceta no “perfuma” el ambiente lo suficiente como para proteger un área.

¿Y las velas/antorchas? Pueden ayudar ligeramente en áreas pequeñas y sin viento (disposición a ~6 m entre antorchas, radio efectivo ~3 m), aunque la evidencia es mixta y muchos expertos consideran que la concentración aérea es demasiado baja para una protección robusta.

Lo que no funciona: el “Geranio Citronela”

El estudio clásico de Matsuda et al. (1996) comparó Pelargonium ‘Citrosum’ con DEET y con control: no hubo diferencia entre la planta y no usar nada; el DEET superó el 90% de protección durante 8 h. Incluso observaron mosquitos posándose en la planta. Investigaciones posteriores replicaron la ineficacia del geranio. (Existe un estudio aislado que reporta efecto en 9 m², pero se considera outlier frente al consenso).

Cómo usar (y cómo no) la citronela para cuidarte mejor

  • Elige el producto adecuado. Busca “Oil of Citronella” (idealmente de C. winterianus) y revisa concentración. Recuerda que la protección es moderada y exige reaplicar cada cierto tiempo.

  • Aplicación segura. El aceite esencial puro puede causar dermatitis. Evita aplicar directamente en menores de 3 años; mejor en ropa, carriola o cuna, sin contacto cutáneo.

  • Jardinería con propósito. Si quieres cultivar para obtener aceite tópico, elige Cymbopogon; si buscas una maceta aromática y bella, adelante con Pelargonium ‘Citrosum’, pero no esperes efecto repelente de área.

Contexto honesto: Para exposiciones largas o zonas de riesgo (brotes de arbovirosis), DEET o picaridina siguen siendo el estándar de oro por eficacia y duración. La citronela es una buena aliada “natural” para salidas cortas o como complemento.

Mitos que vale la pena dejar atrás

  • “Con una planta en la mesa basta.” No: la planta viva no libera suficiente repelente al aire.

  • “Si huele a limón, espanta.” No: la composición es lo que importa, en especial la presencia de citronelal.

  • “El geranio citronela es un híbrido con pasto de citronela.” Falso: es un cultivar de Pelargonium, sin rasgos de Cymbopogon.

Conclusión: ciencia para decisiones cotidianas

En los huertos —como en la vida— conviene mirar más allá del nombre de moda. Cymbopogon (pasto de citronela) y Pelargonium ‘Citrosum’ son plantas valiosas, pero para cosas distintas. Si tu objetivo es repeler mosquitos, ve por el aceite de citronela y úsalo bien; si quieres una maceta aromática y bonita, elige el geranio sin esperar milagros. Lo importante es que tus decisiones se apoyen en evidencia, no en etiquetas confusas.

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