A finales del año pasado, nos enteramos de una cifra que se dio a conocer en España pero que perfectamente refleja el fenómeno de los pesticidas en nuestros alimentos: “uno de cada dos vegetales frescos contiene por lo menos un pesticida y muchas piezas de fruta o verdura presentan un cóctel de tres a siete pesticidas. Y buena parte de estos pesticidas son disruptores endocrinos con capacidad para alterar tu organismo de muchas maneras”. Qué miedo, ¿no?
Los plaguicidas son productos químicos que se utilizan en la agricultura para proteger los cultivos contra insectos, hongos, malezas y otras plagas. El problema es que pueden tener efectos perjudiciales para la salud, por ejemplo, provocar cáncer o acarrear consecuencias para los sistemas reproductivo, inmunitario o nervioso. Ahora bien, según la OMS, el mismo producto químico puede tener efectos diferentes según la dosis, es decir, dependiendo de la cantidad del producto a la que se expone una persona. También puede depender de la vía por la cual se produce la exposición, por ejemplo, ingestión, inhalación o inyección.
Los plaguicidas se pueden clasificar, según estudios científicos de sus efectos potenciales para la salud, en cancerígenos (pueden provocar cáncer), neurotóxicos (pueden dañar el cerebro) o teratógenos (pueden dañar al feto).
Ojo. No decimos que todos los alimentos que compramos en el súpermercado nos harán padecer cáncer o dañarán el cerebro. De hecho, 98 % de los alimentos que se analizan cumplen con la normativa, pues las concentraciones de cada uno de los diferentes plaguicidas se hallan por debajo de los límites máximos legales. Es decir, en teoría no representan un peligro –pero sí un riesgo– para nuestra salud.
En ese sentido, estamos de acuerdo de que en lo que investigamos cuál de todos los pesticidas nos hará qué nivel de daño, lo mejor es ir disminuyendo poco a poco nuestro consumo de alimentos sometidos a pesticidas. Supongo que coincides con nosotros.
Para identificar de qué forma fueron cultivados nuestros alimentos, la Federación Internacional para los Estándares de Productos (IEFPS) desarrolló los códigos PLU (Price Lookup, por sus siglas en inglés). No sé si has visto las calcomanías que luego aparecen en las manzanas o en los plátanos. ¡Ah! Pues esas calcomanías lo que le informan al consumidor es si el alimento se cultivó de forma convencional y fue sometido a pesticidas, si fue genéticamente modificado o si se trata de un producto orgánico (libre de pesticidas y fertilizantes).
¿Cómo leer las etiquetas?
Esta información te la dan los cuatro o cinco dígitos que aparecen en la calcomanía:
- El 0 al inicio es para las frutas o verduras cultivadas de forma convencional y utilizan pesticidas.
- Si la calcomanía tiene un código de cinco dígitos y empieza por el número 8, significa que está genéticamente modificada.
- Si la etiqueta tiene un código de cinco dígitos y empieza por el número 9, entonces indica que se ha cultivado sin pesticidas ni fertilizantes.
Está bueno saberlo, ¿no?
Pero si lo que quieres es empezar a modificar tu alimentación e irte hacia un estilo mucho más natural y orgánico, definitivamente la opción de cultivar tus propios alimentos es la mejor opción. En El Rincón Verde proponemos una nueva cultura de alimentación a partir de la cosecha de nuestros propios alimentos en espacios reducidos de una manera sencilla, inocua y productiva.
En El Rincón Verde nos preocupamos por desarrollar, impulsar y fomentar el modelo integral de regeneración urbana, basados en la permacultura que tenga como uno de sus fines generar comunidad y provocar el desarrollo de ciudades verdes sustentables y resilientes.
¿Qué es la Permacultura?
La propuesta de El Rincón Verde es adoptar un modelo de vida basado en la permacultura. Te explico: la permacultura es un sistema de principios de diseño agrícola y social, político y económico, basado en los patrones y las características del ecosistema natural. Es la filosofía de trabajar con, y no en contra, de la naturaleza; de observación prolongada y reflexiva en lugar de labores prolongadas e inconscientes; de entender a las plantas y los animales en todas sus funciones, en lugar de tratar a las áreas como sistemas mono-productivos. La vida trae más vida.
Quiero que esa idea se pueda tocar. Que se sepa que lo que proponemos en El Rincón Verde, el poder producir lo que comes y que, además, sea de la mejor calidad natural y orgánica, es real y ¡tú puedes hacerlo!
Lo hicimos y las cosas cambiaron. Porque cada vez somos más los que exigimos nuestro derecho a una alimentación natural, libre de riesgos para nuestra salud y que nos beneficie no solo a nivel personal, sino como comunidad.