El Día de Muertos es una de las celebraciones más emblemáticas de México, una festividad que fusiona creencias prehispánicas con el simbolismo del catolicismo traído por los colonizadores españoles. Entre las tradiciones más arraigadas en esta fecha, destacan las calaveritas y las ofrendas, ambas formas de honrar y recordar a los seres queridos que han partido.
Las Calaveritas: Versos que Juegan con la Muerte
Las calaveritas literarias son composiciones en verso que han sido parte del folclore mexicano desde el siglo XIX. Con un tono humorístico y satírico, estos poemas cortos «coquetean» con la muerte, imaginando situaciones en las que personas, tanto vivas como fallecidas, se encuentran cara a cara con la Catrina o el esqueleto simbólico de la muerte. A pesar de su tono burlón, las calaveritas literarias reflejan la forma única en la que los mexicanos ven la muerte: no como el final, sino como una parte natural de la vida, a la que incluso se le puede encontrar humor.
Además de las calaveritas literarias, las calaveritas de azúcar son otro elemento típico. Estas dulces figuras de calaveras, decoradas con colores vibrantes, llevan a menudo el nombre de un ser querido o amigo, simbolizando que la muerte es dulce y no temida, una manera de reírse de la muerte con respeto y cariño.
Calaverita de El Rincón Verde
En un rincón muy verde, la muerte fue a sembrar,
pensando en su cosecha, ¡algo quería llevar!
Pero al llegar al huerto, se puso a meditar,
“El Rincón Verde es sabio, ¡nada me va a faltar!”
Cultivan en balcones, y en patios bien chiquitos,
con huertos verticales, ¡qué verdes son sus gritos!
La muerte quiso aprender, entre plantas y semillas,
“Con tanta sostenibilidad, ¡se acabaron mis pesadillas!”
“Familias y empresas, con salud van a vivir,
y yo, la muerte misma, ¡no los podré venir a herir!”
Así que la flaca, resignada y con sudor,
dejó su guadaña, ¡y se volvió agricultor!
Las Ofrendas: Altares para Recordar
Uno de los aspectos más significativos del Día de Muertos es la creación de ofrendas. Estas son altares diseñados para dar la bienvenida a las almas que regresan al mundo de los vivos durante estos días. Cada elemento en una ofrenda tiene un significado especial: las velas iluminan el camino de regreso, las flores de cempasúchil guían a las almas con su color y aroma, las fotos de los difuntos los honran, y los platillos favoritos de los que ya no están se colocan para que puedan disfrutar de ellos en su visita.
Tradicionalmente, las ofrendas se dividen en varios niveles, representando los diferentes planos de la existencia, desde el mundo terrenal hasta el espiritual. Cada ofrenda es un reflejo de la vida de quienes han fallecido, una celebración de su memoria y un recordatorio de que, mientras sigamos recordándolos, nunca estarán realmente muertos.
El Día de Muertos, con sus calaveritas y ofrendas, no solo es una celebración de la muerte, sino también de la vida, y un símbolo de la rica cultura mexicana que conecta el pasado con el presente de manera única.